Fernando Gil es veterinario y, desde hace diez años, administra con la colaboración de sus hermanos el establecimiento Vista Alegre, ubicado en 9 de julio, Buenos Aires. Con 1.050 ha agrícola ganaderas, hace ciclo completo de 800 cabezas Angus y Polled Hereford, y termina invernada de compra.
Así le contó su caso a Valor Carne:
Desde que me hice cargo del campo, lo vamos modernizando y acomodando a los nuevos tiempos. Fuimos expandiendo la agricultura, del 30% al 50% del predio, pero seguimos teniendo el mismo stock bovino. Aumentamos la carga y al mismo tiempo mejoramos la productividad, a pesar de que la mitad de la superficie dedicada a la hacienda son bajos inundables.
En los suelos ganaderos de mejor calidad cultivamos maíces y sorgos para silo y en los que la agricultura es más riesgosa implantamos pasturas de cebadilla, raigrás perenne, trébol rojo y trébol blanco. A su vez, en los de menor aptitud, donde se puede, hacemos festucas y tréboles.
En síntesis, se intensificó la actividad y aunque los cosos son mayores, los números de la empresa cierran mejor. En ciertos años, si el maíz subió y la carne no, la cuenta no da tan bien, pero en el largo plazo, en promedio, nos permite obtener más beneficios.
También, incorporamos técnicas como el entore a los 15 meses. Las vaquillonas de primer servicio y, en algunos casos, las de primera parición, disponen de algún verdeo o pastura. Además, las vacas que salen vacías o que no presentan ternero al destete se venden gordas. Ya veníamos con buenos indicadores en la cría y, con este manejo, logramos mantener una preñez del 91/93%, semejante a cuando disponíamos de más campo para la ganadería.
Los terneros se siguen destetando a los seis meses, lo que cambió es que se recrían sobre pasturas y verdeos con suplementación estratégica de grano de maíz, dependiendo de la oferta de pasto disponible.
Otra práctica que adoptamos para acortar el ciclo es el encierre de terminación. En algunos casos, la invernada se hace sobre pasturas y verdeos con suplementación y, si es necesario y los números son positivos, encerramos los novillitos durante 45 días, en forma casera, les damos maíz propio y concentrado proteico.
De este modo, la ganancia de peso es mayor y el tiempo de engorde es menor. Los animales están listos para faena a los 15/18 meses: los machos con 370/410 kg y las hembras con 330/350 kg. Se venden a Liniers o en forma directa, hace unos años dejamos de lado la exportación, pero trabajamos con un frame medio que nos permitiría volver a agregarles más kilos.
Una novedad importante fue llevar una gestión productiva y económica mucho más ajustada. Evalúo los márgenes de cada actividad y los de toda la empresa para detectar dónde hay que hacer medidas correctivas ya sea en los costos, en los niveles productivos o en la comercialización.
Todos los cambios se hicieron con el acuerdo de los socios, no hubo problemas porque ellos fueron viendo que las cosas que se iban implementando funcionaban y los resultados eran superiores.
En seis años pasamos de producir 180 kg de carne por ha ganadera a 270 kg, contando también los bajos inundables.
En 2014, el plan es mejorar la eficiencia de cosecha, midiendo la oferta de pasto y el consumo; así podríamos, por ejemplo, hacer un pastoreo más intensivo. También tenemos previsto utilizar más el encierre estratégico. Para eso, vamos a invertir en mejorar las instalaciones y en maquinarias, utilizando capital propio y un crédito bancario. Esto nos permitiría llegar a los 300 kg de carne/ha.
La idea es crecer dentro de márgenes seguros, haciendo un seguimiento pormenorizado de los números económicos y financieros. Entendemos que el año que viene no va a ser fácil pero queremos aprovechar las oportunidades que se vayan dando para progresar. A futuro vemos que la ganadería va a tener buenas posibilidades.
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