Las posibilidades de la Argentina para aprovechar la Cuota 481

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Las posibilidades de la Argentina para aprovechar la Cuota 481

2019-01-15T18:47:18-03:0021 de julio, 2014|3 comentarios

Con la resolución conjunta de los Ministerios de Agricultura y de Economía, publicada en el Boletín Oficial el 14 de julio, se cumplió con la tarea pendiente que tenía la Argentina para estar en condiciones de ser habilitada por parte de la Unión Europea (UE), tal como lo habíamos planteado a mediados de abril desde Valor Carne.

En esta normativa se adaptan los puntos que habían sido observados por Bruselas, referidos a los aspectos de la producción, alimentación de los vacunos y auditoría del proceso, así como el certificado de autenticidad de los cortes, de modo que el régimen argentino sea compatible con el europeo.

Si bien no existen plazos establecidos para que Bruselas evalúe la documentación que presentará el país, el Ministerio de Agricultura comunicó que la incorporación de la Argentina a ese nicho del mercado se espera en aproximadamente un mes.

El impacto 

La conveniencia para la Argentina de ser habilitada para esa cuota no tiene discusión. Recordamos que la 481 no cuenta con aranceles, por lo que puede ofrecer precios FOB hasta un 20% mayores que los de la Hilton para el mismo tipo de mercadería. Sin embargo, el impacto del ingreso no será igual al que se hubiese logrado si la autorización hubiera ocurrido cuando se creó la cuota, que va a cumplir cinco años en agosto.

Según datos de la UE, durante el año agrícola 2013/14, cerrado el 30 de junio, se agotó el cupo en los tres primeros trimestres y quedaron 7 mil ton sin aprovechar en el último, a semejanza de los ocurrido en el ciclo anterior. A su vez, en los primeros quince días de  julio, correspondientes al cupo 2014/2015, se importaron 2 mil ton, lo que arroja un ritmo de 12 mil ton por trimestre, equivalentes al 100% de la cuota.

A esto hay que sumarle que desde hace un par de años, la UE maneja la Cuota 481 según el régimen de “primero entrado, primero servido”. Es decir que el cupo se establece de manera trimestral, aprobándose las operaciones de acuerdo a su llegada a las aduanas europeas y, en caso de agotarse, hay que esperar al siguiente trimestre.  Como se trata de mercadería enfriada, cuya vida útil no puede superar los dos ó tres meses, se corre el riesgo de tener que “degradarla”  haciéndola entrar como “no Hilton”, lo que implicaría un costo de 3.000 euros por tonelada más el 12% de arancel, que haría desparecer por completo el atractivo de este régimen. A las mencionadas dificultades, hay que sumarle la incertidumbre relativa a la aprobación de los ROEs.

Si bien la Argentina tiene la potencialidad de producir un volumen importante de carne para este cupo, considerando que la oferta de los demás países habilitados ya lo está cubriendo, convendrá diferenciarse de los mismos.

En EE.UU., Australia y Uruguay, dadas las dificultades para producir eficazmente la hacienda requerida, cuando el exportador dispone de un animal apto para la cuota lo aprovecha casi en su totalidad. Esto significa que el importador europeo debe resignarse a recibir ciertos cortes que no le significan beneficios o que, inclusive, representan mayores costos.

Si la Argentina pudiera limitar sus embarques sólo a aquellos cortes que sí les convienen a los importadores, recibiría un precio relativo mayor y se haría de una participación de mercado más importante que compitiendo con el mismo producto. Y, a su vez, esto beneficiaría a un número mayor de novillos.

Algo que también habrá que capitalizar es que la carne argentina todavía mantiene en Europa un prestigio muy superior a la de los restantes países autorizados.

Teniendo en cuenta las posibilidades y los riesgos que implica el negocio, sólo una buena articulación entre empresas recriadoras, engordadores a corral y frigoríficos podrá maximizar el aprovechamiento de esta nueva ventana de acceso a Europa.

Por Miguel Gorelik, Director de Valor Carne

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3 Comentarios

  1. Horacio Salamanco julio 23, 2014 at 3:32 pm - Responder

    Totalmente de acuerdo, lo que agregaría es que, teneiendo como tenemos un enorme mercado interno, la posibilidad de competir en Europa con cortes específicos y destinando al mercado interno el resto del animal mejora la rentabilidad de toda la cadena y abarata el precio doméstico…solo falta mirar un poco mas allá de la barricada…

    • Miguel Gorelik julio 23, 2014 at 8:51 pm - Responder

      Muchas gracias por la acotación.
      Entendía que este concepto estaba implícito en el comentario sobre la diferenciación de la oferta de cortes y la mayor posibilidad de pago del importador pero esta precisión no está de más.

  2. Andrade Juan Manuel septiembre 30, 2014 at 6:17 pm - Responder

    Habrìa que ir dando certidumbre al primer eslabòn de la cadena criador ò recriador,sobre la conveniencia de llevar el novillito a campo hasta los 300 kg disminuyendo la diferencia de vender un ternero de invernada de 210 kg a $ 24 ò $ 25 contra vender un novillito de invernada de 300kg a $ 19 ò $ 20

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