Los principales países exportadores están evaluando el vigoroso crecimiento de la demanda de China y la mejor estrategia para abordarla. Del mismo modo, los operadores y las autoridades del país asiático hacen sus propios análisis para lograr una mayor cantidad de carne vacuna en un mundo de oferta limitada.
En los últimos tiempos, el mix de importaciones chino se ha diversificado notablemente. Mientras que hasta 2007 la mayor parte eran menudencias, desde 2009 dominan los cortes, que también aumentaron en variedad. Por ejemplo, antes, el principal producto que colocaba Australia era carne tipo manufactura mientras que ahora la mitad son pechos, garrones, brazuelos y nalgas. En línea con estos cambios, las colocaciones de Uruguay también avanzaron hacia cortes de más alto precio.
El desafío para los exportadores es la expansión de la clase media china que, con sus más de 300 millones de integrantes -superior a la población total de los EE.UU.- es el segmento que muestra la mayor tasa de crecimiento en compras de carne vacuna. Algo significativo es que esta clase media está mostrando preferencia por el producto importado directamente por China, con trazabilidad, frente al que ingresa vía Hong Kong y Vietnam, por los llamados “canales grises”, mercadería que al llegar a destino puede perder el origen.
Los proveedores
Los principales países que aprovecharon la explosión de las importaciones chinas son Australia, que abastece el 50% de las compras propiamente chinas (sin incluir a Hong Kong ni Vietnam) y Uruguay (25%), seguidos por Nueva Zelandia y, en menor medida, la Argentina y Canadá. Cabe destacar que para Uruguay, que tiene abiertos la mayor parte de los mercados de alto valor, China fue el primer cliente en volumen y segundo en valor en 2013.
Otros grandes exportadores, cuyas carnes no son aceptadas actualmente por China, como Brasil y los EE.UU., a causa de sus episodios de vaca loca, han aprovechado los “canales grises” para colocar grandes volúmenes de producto. Esto, a pesar de que ambos países han sido declarados por la OIE como de “riesgo insignificante” con respecto a la enfermedad.
India también debió vender cantidades crecientes vía Vietnam, ya que aún no tiene permitido exportar su carne de búfalo directamente. Un punto a favor, es que hay un entendimiento entre China e India, de mayo de 2013, que facilitará la aprobación del producto por parte de la autoridad sanitaria china.
Las perspectivas
Un análisis preliminar indicaría que Australia y Nueva Zelandia son los países mejor posicionados para pisar fuerte en el mercado chino a causa de su menor distancia aunque, al tener habilitados todos los mercados del mundo, serán más exigentes en materia de precios.
Brasil podrá ser un proveedor de volumen y competitivo pero antes tiene que sortear la actual prohibición a sus carnes.
En EE.UU., el sector de la carne vacuna juntamente con el Gobierno, está definiendo la mejor estrategia para encarar este nuevo mercado cuando se elimine la actual restricción sanitaria.
India tendrá buenas oportunidades una vez que se habilite el comercio directo con China.
Por último, Uruguay y la Argentina, en especial en estos próximos años de limitada oferta mundial, tienen buenas chances con los cortes de mayor calidad y precio, que es el segmento al que deberían prestar más atención. Los 40 millones de millonarios que viven en China, según el número que se maneja habitualmente, son un nicho de lo más interesante.
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