“El negocio de la cuota 481 fue posible por varios cambios que hubo en la actividad ganadera, tradicionalmente pastoril: la expansión agrícola, una fuerte valorización del ternero que justificó el empleo del grano en la recría y el engorde, y un mercado que reconoció ese sobrecosto liberando aranceles”, sintetizó Marcelo Secco, médico veterinario y Director de Marfrig Uruguay, en diálogo con Valor Carne.
La compañía cuenta con cinco frigoríficos y un feedlot para 17 mil cabezas instantáneas, en un país que destina el 75% de su producción de carnes al mercado externo y donde hubo un importante desarrollo agrícola en los últimos años.
Con 17 millones de hectáreas, casi todas con potencial agrícola ganadero, actualmente se aprovechan 1,5 millones para la producción de granos, sobre todo en el Litoral Sur. Si bien esta expansión se hizo de la mano de la soja, una nueva legislación exige a los productores presentar planes de uso de suelos, con rotaciones sustentables, lo que implicó un gran avance en la disponibilidad granos forrajeros.
“Es un cambio fuerte, conceptual, con una visión de largo plazo. Hay muchos predios ganaderos que agregaron un área agrícola y, hoy, tienen su propio maíz y sorgo, algo que antes era impensable”, aseguró Secco. De cualquier modo, al no haber suficiente oferta, Uruguay importa parte del maíz para alimentación animal, además de todos los subproductos, principalmente proteicos, ya que no hay procesamiento local.
Otro elemento que dinamizó la adopción del grano en la ganadería, fue la fuerte valorización de los terneros y los novillitos que, desde hace siete años, se ubican sostenidamente un 20/30% por encima del novillo gordo, dejando atrás una histórica paridad entre esas categorías. En el último año, por ejemplo, el gordo cotizó en U$S 1,80/1,85 por kilo vivo y el ternero en U$S 2,30.
“Esto ha llevado a que el productor planifique esquemas de suplementación y algún encierre, en momentos de déficit forrajero, para evitar mermas en las ganancias de peso y valorizar los kilos comprados”, explicó.
El espaldarazo de la 481
Así las cosas, la irrupción de la nueva cuota para la Unión Europea permitió afrontar el extra-costo de producir un animal pesado con grano. “A diferencia de la Hilton, no hay que pagar el 20% de aranceles, un monto muy importante teniendo en cuenta que son cortes de alto valor. Si bien hay que negociar para que el importador transfiera la mayor parte de ese beneficio, tenemos la ventaja de que la oferta global del producto es limitada”, planteó Secco.
En ese sentido, Estados Unidos y Australia producen con hormonas, por lo que la cuota 481 implica una menor eficiencia. “Perder un punto o un punto y medio en conversión, además de necesitar una cadena diferenciada, les significa un costo adicional. Entonces, las dificultades de estos países, que son los principales oferentes del cupo, han hecho que el importador europeo no disponga de tanta mercadería para abastecerse. Esto le facilitó a Uruguay encontrar su lugar en el mercado, a pesar de que no tenía una gran cultura en al engorde a grano, ni un nombre como Estados Unidos con su tradicional carne prime”, subrayó. Y agregó: “Aún así, al producir sin anabólicos ni esteroides, necesitamos exportar el 100% del animal. La gran mayoría de los cortes van a Europa y algunos puntuales, como el asado, a otros destinos”.
Para Secco, Uruguay no compite de igual a igual con Estados Unidos porque ofrece otro producto, en cuanto al frame de los animales, el peso final y los niveles de engrasamiento. “El importador reconoce un precio mayor para la carne americana, pero no alcanza para impulsar su negocio. Por eso, nuestro competidor franco es Australia, que sí ha crecido en forma importante”, aseguró.
Un cambio estructural que generó la cuota de feedlot en Uruguay fue la creación de una categoría especial de invernada: la reposición 481 (Novillo HQB).
“Para hacer cien días a corral, eficientemente, con un peso final de 500 kg, se necesita encerrar animales jóvenes, de entre 15 y 22 meses, con más de 300 kg, algo que no existía en el país. Hubo que emprender una recría en menos tiempo, con pasturas implantadas y suplementos, algo que implica otro costo, y que fue posible gracias al nuevo escenario agrícola del país y al surgimiento de un mercado diferenciado”, contó.
El negocio de Marfrig
En línea con la búsqueda de eficiencia, la compañía construyó un feedlot de escala en el departamento de Río Negro, Litoral Oeste, donde se produce la mayor parte del grano forrajero del país. La unidad, de alta tecnología, cuenta con dos torres de steam flakes para procesar granos y mejorar el aprovechamiento del almidón, aumentando la digestibilidad de la dieta. “Es un corral muy profesional, con procesos muy finitos, ajustados. Utilizamos de 6 a 7 kg de alimento base seca por kilo de carne obtenido, dependiendo de las tropas, cuando en engordes caseros la conversión se dispara al doble. Así, hay una captura de valor que compartimos con el ganadero”, aseveró.
Al respecto, Marfrig desarrolló un esquema comercial de capitalización con productores bajo la condición de que el animal se faene en las plantas de la empresa. “Hacemos un convenio, lote a lote, por el cual el ganadero aporta el novillito, nosotros la comida y repartimos la utilidad. Le brindamos asesoramiento técnico, desde el destete, somos muy puntillosos en las ganancias diarias, la sanidad, la uniformidad, etc. Si fue prolijo, logrará un beneficio económico adicional del 2 al 3,5 % sobre el valor de la reposición en la plaza”, explicó.
Además, una buena preparación del novillito mejora la performance durante el encierre. “El productor puede controlar de cerca la evolución de su ganado, porque sigue teniendo la propiedad del mismo. También, se pre acuerda un precio de salida, a valor de mercado, al momento de la terminación”, aclaró. Finalmente, existe un mecanismo de distribución del premio del negocio, entre frigorífico y productor, en base al aporte de cada uno,modelo que también permite participar a los agricultores que aporten sus granos. “Es una capitalización en plata, no en kilos”, enfatizó Secco, detallando que la cuota “no solo apalancó el feedlot en Uruguay sino que permitió articular una red de empresas, forjó un verdadero polo agrícola ganadero”.
Por último, el Director de Marfrig se refirió a la posible habilitación de la Argentina para la 481. “Cuentan con todas las condiciones para hacerla, sobre todo el know how, aunque tienen otros problemas. Como competidor no me hace ninguna gracia”, finalizó.
Por Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
La Argentina y nuestros gobernantes, permitirá instalar la Cuota 481????
Creo que no está en las entrañas de esta gente, su política respecto a este bien de consumo pasa por el mercado interno.
Tenemos algunos otros problemas aparte del gobierno, reproductivamente no tenemos la invernada en cantidad hablando, para encerrar; comercialmente una historia malísima de incumplimientos ej: cuota Hilton.
A la castigada Industria le daríamos un empujoncito a la resurrección, al productor otra posibilidad de negocio, con números y políticas claras el, responde rápidamente y con sus tiempos biológicos.
Hay muchas condiciones, pero hay un círculo vicioso, ?con que terminamos, con las políticas de Gobierno.
soy de rivera, estoy preparando unos terneros en pradera que quisiera vender para la cuota 481 la idea es vender con 300 kilos, me gustaria hablar con alguien que me oriente como hacerlo.
muchas gracias
PAblo Rodriguez
cel 099 82 2714
Estimado Pablo:
Antes de tomar esa decisión, hay que asegurarse de que los animales estén trazados, cuenten con fecha cierta de nacimiento de manera de poder controlar la exigencia de la faena antes de los 30 meses de vida, y sean aptos para exportar a la UE. Después hay que tomar la precaución de que cuando lleguen a los 300 kg, la Argentina ya haya sido aprobada para entrar en el esquema de la cuota.
Existen diversos profesionales que pueden asesorar en la materia de la cría de estos animales con ese fin. Algunos de ellos trabajan de manera independiente, otros están vinculados a feedlots profesionales y otros menos a frigoríficos.
Agradecemos su interés. MG