El Ministerio de Agricultura de la Nación anunció que se intensificarán los controles en los frigoríficos y se incrementarán las penalidades para lograr que se cumpla con los pesos mínimos de 300 kg en pie para la faena, de 165 kg en el gancho y de 83 kg para la media res. Valor Carne entrevistó a los especialistas en nutrición animal de MBG Ganadería para conocer si tal medida podrá lograr su propósito.
“El cambio más importante es que ya no se puede entrar con animales de destete directamente al feedlot, alguien le tiene que agregar más tamaño, recriándolo. Si se quisiera hacer más kilos a corral, se pasarían de gordura”, planteó Oscar Melo.
La recría es completamente diferente desde el punto de vista biológico que la terminación. “El animal crece y esto es algo que no se puede provocar, es inherente a su biotipo y sólo podemos hacer que exprese su potencial. En cambio, en el engorde, hay deposición de grasa y eso sí se puede estimular con una comida más energética”, explicó.
Una actividad programada
Según Catalina Boetto, “si se quisiera llegar con un peso de faena de 350 kg habrá que ingresar al corral un animal que tenga suficiente edad como para que se termine con el nivel de gordura justo para carnear y no esté faltón ni excedido”.
Con respecto a la edad del ternero recriado, agregó que “no es lo mismo uno de diez meses con 180 kg, que otro con el mismo peso pero de seis. El de mayor edad tiene una estructura más grande y le caben más kilos sin que, necesariamente, se pase de gordura”, aseguró.
A su vez, la duración de la recría se determina por el peso de terminación al que se quiere llegar, el sexo y el tamaño racial. Combinando estos factores se calcula cuántos meses se debe recriar para que pueda ingresar al feedlot y alcanzar el peso de faena programado. Siguiendo con el ejemplo, “a lo mejor, para llegar a esos 350 kg finales debería ingresar al corral con 10 meses. Y, si lo desteto a los seis, tendría que recriar cuatro meses”, indicó Ana Gómez Demmel, otra profesional de la consultora.
Para cumplir con la normativa, es decir llegar a faena con 300 kg en pie, se podría hacer una recría más corta pero, en la mayoría de los casos, imprescindible. “Si me manejo con una raza chica, como el Aberdeen Angus típico de la Cuenca del Salado, habría que entrar al feedlot por lo menos con ocho meses. Y, si lo desteté a los seis, hay que recriarlo dos meses”, indicó Gómez Demmel.
Además, los especialistas resaltaron otros ítems a tener en cuenta para hacer una recría eficiente. “Hay que llevar adelante un buen plan sanitario porque los atrasos de crecimiento por problemas de salud no son compensados en el feedlot. También, cubrir las carencias de minerales y de vitaminas, y ofrecer una adecuada alimentación proteica para que haya un buen desarrollo muscular y ganancias de peso sostenidas”, subrayó Boetto.
Quién va a recriar
Melo piensa que el abandono de la recría está relacionado con años de desestímulo a la ganadería. “Se continúa con la cría porque es imprescindible para la reproducción y con la terminación que pide el mercado. Ahora, hay que preguntarse quién va a retomar la tarea de recriar” señaló.
“El feedlotero podría hacerlo a corral pero le sale demasiado caro. Si en lugar de que los animales aumenten 1,2 kg por día ganan 600 gr, tiene los mismos costos fijos pero produce la mitad. Entonces, no le conviene”, analizó.
Tampoco hay campos de recría porque en los últimos años los novillitos tienen un precio por kilo inferior al destete. “Por un ternero destetado me pagan 17 pesos por kilo y, si lo recrío, me dan 16. Nadie va a hacer una actividad en estos términos”, argumentó Melo.
Hoy, la opción está en los campos de cría que tengan áreas para desarrollar una cadena forrajera y puedan producir kilos a bajo costo, que después se valoricen en el feedlot. “Entonces, si estamos dispuestos a recriar, llegar a 350 kg o 400 kg finales es una cuestión de dos meses más o dos meses menos”, señaló.
A nivel país
Lo importante, es que tiene que volver a aparecer la recría porque es la etapa más eficiente y, al haberse salteado, se le quitó eficiencia biológica a toda la ganadería. Por eso, los países productores de carne terminan animales con más peso.
La duda es si esto se podrá promover vía resolución oficial, controlando el peso mínimo de faena. “Si exigimos un peso mínimo sin estimular la recría vamos a producir más grasa que carne. El ganadero que no le encuentre la vuelta a la recría dejará los animales un mes más en el feedlot y en vez de sacarlos con grasa 1 o 2 los venderá con grasa 3. O sea que utilizará más alimento pero para producir grasa, encareciendo el producto final que es la carne”, apuntó.
Para Melo, lo lógico sería trabajar con premios por peso agregado. “Si se estableciera que los kilos ganados por encima del mínimo no pagaran impuesto a las ganancias, el impacto sería importante. Por ejemplo, los que produjeran 400 kg por cabeza pagarían por 300kg, ahí sí se agregaría peso a sus animales”, propuso.
En síntesis, más allá de mejorar el destete, el gran desafío de la ganadería argentina de los próximos años será promover una recría eficiente que permita producir más kilos por cabeza con alto impacto en la oferta de carne del país.
Por Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne.
El incentivo fiscal propuesto como ejemplo, me parece, prima facie impracticable.
Ademas de la dificultad del control, que pasa con un invernador para novillos de exportacion donde hablamos de 450 kg vivo para arriba?, pagariamos igual sobre los 300 kg?, y asi podemos citar otras situaciones similares. De cualquier manera, si lo hacen, bienvenido sea.
Un buen control sobre los kg de faena minimo, en nuestro mercado, hara que los precios relativos de las categorias cria, recria e invernada se ajusten por si mismo.
En todo caso, me parece mas practico que la recria se incentive con creditos especiales a tal efecto hasta tanto se acomoden los precio relativos.
Idem mas lineas de creditos para incentivar la cria via prenda flotante sobre los vientes. (Banco Nacion Argentina, años a……..).
Los paises productores de carne donde se faena animales con mayor peso, es porque los gustos del consumidor, mas los precios del mercado hacen ,no solo posible sino rentable (IMPORTANTE), el sistema de produccion que sustentan.
Saca las retenciones a la exportacion, cuota de carne barata y demas restricciones, y tendras mas novillos arriba de los 400 kg. vivo.
De cualquier manera, el tema es valido y esta muy bien planteado.
Agradezco y felicitaciones a vos y la gente que colabora con Valor Carne.
Estimado Dr. Goldman, le transcribo el comentario que nos hizo llegar Oscar Melo:
"muchas gracias por su aporte, creemos que cualquier medida que incentive a agregar peso es bienvenida. El incentivo fiscal citado en el artículo es sólo un ejemplo de una medida potencial de estímulo y no una recomendación. Seguramente, habrá muchas medidas más que especialistas en el tema podrán recomendar. Nuevamente, gracias por sus comentarios".
Cordiales saludos
Estimado Oscar:
Muchas gracias por sus comentarios.
Además de lo respondido por Oscar Melo, quiero agregar algunos conceptos.
En principio no me parece tan impracticable. La legislación tributaria de por sí es muy complicada y esto puede agregarle sólo un poquito más.
Hace años que las entidades de la producción y de la industria reclaman una medida de este tipo, que sería muy efectiva.
Quizás en lugar de exención debería hablarse de que los ingresos derivados de la venta de más allá de cierto kilaje no sean computables al efecto del impuesto sobre las ganancias.
En otro orden, preferiría que no se hable de un buen control sobre los kg de faena mínimo. Porque si bien es cierto que sería bueno aumentar el peso medio de faena, esto se debe alcanzar con estímulos, de mercado o fiscales o ambos, pero nunca con prohibiciones.
Con respecto a los créditos, hay que tener cuidado. En general, desde que aparece el problema de una liquidación y hasta que surge la idea de otorgar créditos para moderarla, y hasta que se implementa el sistema, suele suceder que la liquidación haya quedado atrás y se embarca a un número de productores a comprar hacienda de reproducción o de recría a niveles de precios que ya no son de liquidación, y sobre los cuales después resulta difícil tener un resultado positivo a mediano plazo, porque se han comprado en la fase superior de la curva de precios del ciclo ganadero.
En cuanto a que acá se produce carne de animales jóvenes porque responde a los gustos de la población, tengo mis dudas sobre este punto de vista generalizado. Si en EE.UU. la carne de ternero/a (veal) representa sólo el 5% de la producción total, con una población que tiene un ingreso medio muchísimo más alto que el de la Argentina, es porque la carne de ternero/a debe tener un precio tal que sólo un pequeño porcentaje del mercado puede afrontarlo.
Por lo tanto, la deducción para mí es que en la Argentina se está vendiendo la carne de animales jóvenes a un precio cuya relación con el novillo pesado es desfavorable para los terneros/vaquillonas/novillitos. Y que al desaprovecharse la fase de la recría, que es muy eficiente a pasto, los productores de ganado están afrontando costos unitarios más altos que los debidos. Creo que si se le pregunta a los consumidores, todos van a decir que prefieren comer la carne de animales más jóvenes, pero pocos estarían dispuestos a pagar los costos verdaderamente involucrados. Coincido con que el mercado de esos otros países (no sólo EE.UU., pasa en todos lados, inclusive acá nomás, en Brasil, Uruaguay, Paraguay) funciona de tal manera que los productores toman las decisiones en condiciones de libertad y sin restricciones para exportar ni precios máximos.
Por supuesto que este tema da para más reflexiones, a las que, desde ya, les damos la bienvenida.
Gracias por las felicitaciones.
Cordiales saludos. MG
El mercado interno (AMBA) pide carne chica…, cuanto más chica, más cara en términos absolutos…; no tendría "techo", el precio del mamón carnudo con grasa justa, que pese hasta los ochenta (80) kilos (y un poco más), en la ganchera.- Pero la producción de mamones con destino comercial, sería más pertinente abordarlo desde el sector tambero profesional, en los que quizás sería más rentable convertir leche en carne…, que venderla a tres pesos el litro, pero abordando la tecnología disponible sobre trasplante embrionario sobre vacas grandes, transfiriéndole embriones de razas específicamente de carne.-
Obvio que habría que esperar el "cambio de paradigma" político, que muchos avizoran para el año que viene.-
Estimado Tomás:
En teoría, estoy de acuerdo con que esa carne de mamón no tendría techo para su precio (ni para su costo). Pero, ¿para cuántos mamones? ¿cuánta gente puede darse ese lujo en la Argentina? Como señalo en la respuesta a Oscar Goldman, que está más arriba, el nivel de ingreso de la Argentina no podría justificar que la participación de mercado de la carne de animales jóvenes sea tan alta como la que vemos todos los días y desde hace mucho tiempo. Es obvio, para mí, que esto está relacionado con las distorsiones introducidas por la política dirigida al sector y que muchos coincidimos en que es ruinosa.
Creo que una vez que cambie esta política, lo que supongo sucederá con un próximo gobierno, veremos como de a poco la producción de novillos recupera su protagonismo, como ha sucedido en el pasado.
Gracias por sus comentarios. MG
Aumentar el peso de faena sería un suicidio comercial, más carne en el mercado interno que presionaría a la baja.
Creo que en las actuales condiciones no hay que tocar nada. Posteriormente con otro gobierno y otro criterio productivo-comercial, con exportaciones sin restricciones, las distorsiones productivas van a desaparecer solas.
Estimado Alejandro:
Yo sería menos drástico. El aumento del peso medio de faena, que debe ser deseable desde el punto de la productividad media del sector, sucedería de a poco y no todo de un día para otro. Mientras tanto, se iría desarrollando la exportación, que hace 9 años viene siendo combatida, cuya demanda es la única que explicaría este resurgimiento. Entonces esa mayor producción total de carne no debería enfilarse en un 95% hacia el mercado interno, como es hasta hoy.
En cuanto a que con otro criterio productivo-comercial las distorsiones productivas desaparezcan solas, es posible pero con regulaciones bien encaminadas se pueden acortar los tiempos y los costos del cambio que veríamos.
De acuerdo con Ing. Cachi Melo, debemos favorecer el aumento del peso vía desgravación impositiva y hacer rentable los sistemas de recría.
Es cierto que hay que cambiar el paradigma, pero para eso antes quizás debamos educar cien años a las generaciones de argentinos que quieren comer la mejor carne al menor precio por que los convencieron de que tienen el derecho de hacerlo sin pensar que detrás hay empresas que se funden o la pérdida de 10 millones de cabezas del stock.
El tema es complejo pero si apuntamos a la faena de mamones el transplante habría que hacerlo para que los futuros vientres fueran de 300 kg y no de 450 como lo son hoy.
Estimado Eduardo:
Gracias por la opinión.
Creo, y espero, que no sean necesarios 100 años de educación para hacer lo que en cualquier otro país sucede, inclusive en nuestros vecinos, que la carne, y cualquier otro producto, tenga un precio equivalente al que rige en el mundo. Con eso sería suficiente.
Cordiales saludos. MG