Después de varias semanas sin subas de precios, a excepción de las vacas y, en menor medida, de los novillos, la semana terminada el 8 de noviembre mostró aumentos en las principales categorías comercializadas en el Mercado de Liniers.
Así, en orden de importancia, la cotización de los novillitos y los terneros gordos se incrementó el 6%; la de los novillos, el 5%; y la de las vacas, el 4%.
Comparando con 30 días atrás, las variaciones fueron del 9, 8, 12 y 14%, respectivamente para cada categoría, y con 60 días atrás del 12, 9, 13 y 25%. Cabe resaltar que en 90 días las vacas acumularon el máximo incremento: 33%.
Volviendo a la última semana, los aumentos repentinos no se debieron a una escasez en Liniers -la entrada fue el 7% superior al promedio de las nueve semanas anteriores- sino que obedecen a la falta de oferta en los demás canales de abastecimiento para faena. En ese sentido, la compra directa, con o sin intermediación, estuvo especialmente complicada en el período.
En resumen, la época del año no es propicia para estos movimientos de precios, lo que los hace más llamativos y abre el interrogante de si se sostendrán en un contexto en el que la oferta de carne, de todas las especies, es abundante.
La reciente recuperación del novillo en el último mes y medio ha neutralizado buena parte de la pérdida de valor adquisitivo observada en la categoría desde principios de año. En términos reales (ajustado por inflación), el precio está el 13% arriba del mínimo de fines de septiembre, el 3% abajo del de comienzos de año y resulta el 9% inferior al máximo de 2013, anotado a mediados de febrero.
Será necesario seguir estas variables de cerca para saber si estos aumentos son realmente sostenibles, cuando se los esperaba recién para febrero o marzo.
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