La semana pasada el Consejo Administrativo de Defensa Económica de Brasil, dedicado a velar por la competencia en los mercados, autorizó la venta de las subsidiarias de JBS en la Argentina, Paraguay y Uruguay a su competidora Minerva, condición necesaria para avanzar en la compra-venta de activos que celebraron ambas empresas.
Sin embargo, todavía se encontraba vigente el freno a la operación impuesto por un juez federal brasileño, en el contexto de la “delación premiada” de los directivos de JBS.
Finalmente, el viernes último, en una instancia judicial superior, se dio marcha atrás con este fallo y quedó expedito el traspaso de nueve plantas frigoríficas a favor de Minerva por USD300 millones, ajustables de acuerdo a la evolución del capital de trabajo de tales subsidiarias.
Con esta contramarcha judicial, en las próximas semanas Minerva ingresará por primera vez en el mercado argentino, con cinco plantas de faena de las que una sola está en operaciones, y ampliará sus operaciones en Paraguay con tres plantas más y en Uruguay, donde agregará una.
Así, mientras el tamaño de JBS se reduce en una proporción menor, el de Minerva aumenta en más del 50% y queda muy cerca del de Marfrig, segunda empresa cárnica bovina de Brasil, también con proyección global.
También se conoció que JBS logró vender su feedlot en Canadá, con capacidad para 100 mil cabezas, uno de los 12 de su firma americana Fiver Rivers Feedlots. Toda esta compañía, con capacidad para un millón de animales encerrados, está a la venta.
Como comentamos en otro boletín, existe preocupación entre ganaderos paraguayos por el acrecido porcentaje de mercado que tendrá Minerva. Un gran interrogante para la Argentina es cuál será la política de Minerva con las plantas cerradas, ya que allí se verá si hay un cambio fuerte entre los actores del mercado o si sólo se tratará de un cambio de nombre.
Más información sobre el tema en: Impacto del traspaso entre JBS y Minerva en el sector cárnico
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