Para comparar: nutricionistas argentinos vs. estadounidenses

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Para comparar: nutricionistas argentinos vs. estadounidenses

2019-01-15T18:49:44-03:0020 de octubre, 2015|2 comentarios

Encuestas realizadas entre nutricionistas de feedlots de la Argentina y de los Estados Unidos, en los últimos años, arrojaron información sobre el nivel de capacitación y los perfiles laborales de unos y otros, lo que mereció un análisis pormenorizado de los especialistas Juan Elizalde, Nicolás Di Lorenzo y Sebastián Riffel. Este trabajo se suma a otro publicado anteriormente por Valor Carne en el que el estudio Elizalde&Riffel comparó los parámetros productivos de engordes a corral de ambos países, buscando conocer cómo estamos posicionados en relación a la primera ganadería del mundo.

Los unos y los otros

Las investigaciones relevaron el nivel académico máximo de los asesores nutricionales, detectando que en la Argentina existe una gran preponderancia de profesionales de grado, agrónomos o veterinarios, que alcanza al 62% del total; pero hay escasa formación de posgrado (especialización, maestría o doctorado) comparada con los Estados Unidos (8% vs. 78%). 

“En nuestra opinión, esta diferencia no es consecuencia de que el feedlot local sea una industria reciente, con una demanda que todavía no está satisfecha por asesores de formación superior. Si esto fuera así, debería haber una gran cantidad de profesionales en la actividad privada con formación doctoral en pasturas y forrajes, cuya trayectoria es muy antigua, algo que tampoco ocurre”, planteó Elizalde.

Dónde trabajan 

El perfil laboral de los asesores de feedlot también resulta diferente en ambos países, aspecto que se demostró indagando si se desempeñan en una consultora, en el Estado, en empresas de engorde a corral, en compañías nutricionales o en forma independiente. En la Argentina, un porcentaje mínimo (10%) trabaja en consultoras privadas (grupos CREA, cooperativas) y hacen asesoramiento general, pero no específicamente nutricional; y un 4% son profesionales del Estado (INTA, Universidad). En el rubro “otros” están los asesores externos y los empleados de feedlots de hotelería o de frigoríficos. “En este caso, hay una participación algo superior en los Estados Unidos, con un 7% versus un 4% en nuestro país, debido al mayor tamaño de dichas empresas que ameritan contar un nutricionista propio en forma permanente”, detalló Elizalde.

Pero, la diferencia más relevante según el experto es que en la Argentina hay más profesionales asociados al interés comercial de alguna compañía (balanceados, núcleo proteico, premix, etc.), cuyos  honorarios no se cobran como tales sino que están incluidos en el precio del producto. “Aquí, estos llegan al 48% del total mientras que en los Estados Unidos sólo significan el 24%. En forma inversa, un 69% de los asesores de allá son independientes y sus honorarios son asumidos por los propios feedlots o las empresas agropecuarias”, advirtió.

Relacionando los datos de formación profesional con su perfil laboral, Elizalde sostiene que, en el caso estadounidense, la mayoría de los asesores independientes tiene la máxima formación, mientras que en la Argentina una mayor proporción de los profesionales más formados trabaja en organismos públicos.“Esto puede deberse a que la educación superior no tenga en la actividad privada el reconocimiento económico que merece o a que la ganadería  tampoco exigió demasiado profesionalismo, entre otras causas”, señaló.

Desafíos  

Elizalde piensa que para lograr un mayor reconocimiento del trabajo profesional en la industria del feedlot y en la ganadería argentina en general, se requiere un creciente  desarrollo de la actividad. Esto implicaría que surjan demandas que no se puedan satisfacer y que se necesite conocer cuánto se produce y cuánto se gana en el corral, por lo que se debería recurrir a un profesional más formado.

En general, los servicios profesionales ligados a una empresa de nutrición animal son gratuitos, tornando difícil que se aprecie su nivel de formación académica. A su vez, estas empresas tampoco valoran la capacitación de su personal porque el destinatario del producto no está dispuesto a pagar un precio implícito más caro por algo que reciben gratuitamente. “Es más, ante situaciones de mercado adversas prefieren bajar la calidad y el precio del balanceado o del insumo ofrecido, agregando, por ejemplo, menos vitaminas o monensina, que ofrecer el asesoramiento de un profesional de formación superior”, subrayó.

Propuestas

Así las cosas, para que todos los involucrados en la actividad del feedlot puedan avanzar en sus conocimientos, Elizalde propone una serie de acciones.

“Hoy, la información sobre la industria del engorde a corral es parcial y escasa. Para contar con un diagnóstico, sería de gran utilidad realizar una encuesta, coordinada por el sector oficial, en la que podrían participar la Cámara de Engordadores y el Senasa, entre otros”, sugirió. La tarea apuntaría a investigar características como tamaño, instalaciones y bienestar animal; y fundamentalmente el perfil del empresario. Aparecerían datos muy llamativos, contrastantes con los estadunidenses, que se agregarían a los revelados por la encuesta de nutricionistas”, anticipó el experto.

Otra iniciativa es la promoción de subsidios y becas para realizar estudios de maestría o doctorales, tanto en el país como en el extranjero. “Todos los actores involucrados en la industria deberían gestionar este tipo de acciones con el sector educativo, hoy casi inexistentes.  Es más, en muchas universidades, la producción bovina y el engorde a corral ni siquiera tienen la debida transcendencia”, subrayó.

En este marco, prosiguió:“los ámbitos académicos que actualmente otorgan títulos de grado y de posgrado como la Unidad Integrada Balcarce y la Facultad de Agronomía de la UBA, entre otras, deberían incluir materias de manejo nutricional en el engorde a corral en sus currículas”.

En síntesis

“La escasa formación superior en la industria del feedlot, sobre todo en la actividad independiente, indica que es necesario intensificar los estudios de maestría y de nivel doctoral. Esto permitirá adquirir conocimientos y ejercer una evaluación crítica del uso y la transferencia de las tecnologías más adecuadas para mejorar la eficiencia de la actividad”, concluyó Elizalde.

www.elizalderiffel.com.ar

Algunas consideraciones sobre la Primer Encuesta de Nutricionistas de Feedlots en Argentina y Uruguay. Parte I

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2 Comentarios

  1. Fernando octubre 22, 2015 at 10:12 am - Responder

    Juan E.: excelente informe como siempre y totalmente de acuerdo en las distintas alternativas para mejorar cada vez mas el nivel academico. Palabras que nos indican y Guian a tomar conciencia como Productores Argentinos, que cada establecimiento es distinto al de al lado y/o a los otros y que cada uno en particular tiene una receta distinta para mejorar su manejo, buscando como objetivo y producto final una mayor productividad. Saludos!!!

    • Liliana Rosenstein octubre 23, 2015 at 8:42 am - Responder

      Buenos días Fernando, copio la respuesta que envío Elizalde. Cordiales saludos

      Muchas gracias por el comentario y de paso felicitaciones a ustedes que siempre se han preocupado por tener gente formada desde el personal del feedlot hasta los encargados. Es un modo de reconocer que al personal del corral no solo hay que pagarle bien sino que hay que formarlo. Para ellos también tendría que haber colegios agrotécnicos y las empresas de feedlots donar, por ejemplo, medio mixer abierto para que ellos aprendan y puedan ver sus partes, o una vaca plástica abierta para mostrar un rumen, o una vaca viva canulada para que miren adentro, etc. Esto no cuesta nada, sin embargo tampoco hay empresas de feedlot ni proveedoras de insumos que consideren que es una inversión. Saludos.

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