En la semana terminada el 18 de noviembre, los precios de los novillos, novillitos y terneros gordos comercializados en el Mercado de Liniers bajaron 3-4% en relación a la previa, cuando ya habían sufrido una pérdida semanal de entre 1 y 5%. Por su parte, las vacas también vienen con cotizaciones en retroceso, con una caída del 9% en la última semana.
La terminada el viernes, fue la novena semana consecutiva en que las cotizaciones de la hacienda retroceden, desde mediados de septiembre. Y si bien en las tres últimas la oferta excedió en 15% al promedio de 52 semanas, en las anteriores la relación fue muy similar a la media e incluso en varias se mostró inferior.
Es como si el mercado interno, adonde apunta la hacienda que se destina a Liniers, se encontrara saturado con una entrada similar a la del año pasado (23 mil cabezas semanales).
Con esta baja, se realza el premio que la exportación paga por los animales con trazabilidad, que oscila entre 10 y 15% con respecto a su similar no trazado. Esta diferencia, que se advierte desde hace un tiempo, puede impulsar el interés de los productores en retomar el sistema de trazabilidad que muchos abandonaron en los últimos años, cuando casi no había ventajas en el mismo.
En la comparación con los valores de hace 30, 60 y 90 días se ve una gran variedad de porcentajes negativos, mayormente de un dígito.
Las bajas oscilan entre 4 y 10% para novillos, novillitos y terneros, según la categoría y el plazo de comparación que se tome. En el caso de las vacas, la franja es más amplia, con retrocesos que van de 1 a 14%.
Valores reales
El precio real del novillo de la última semana se ubicó 14% debajo de la trayectoria de los promedios de 52 semanas móviles.
Cotejándolo con el precio récord de los últimos cuatro años, de diciembre de 2015, el actual resulta 27% más bajo. La mitad, se perdió en las últimas nueve semanas. Además, es 8% menor al de hace exactamente un año.
Para tener en cuenta
En síntesis, una entrada recargada, impulsada por la salida de animales jóvenes que se habían encerrado a mediados de año cuando la relación ternero de invernada-animal engordado era más favorable, junto a una demanda que está a punto de la saturación en estos niveles de oferta, está marcando un camino de retroceso en los valores.
Frente a este escenario, es pertinente advertir sobre el posible efecto de esta situación sobre el ciclo ganadero y los ímpetus de los productores para seguir con las inversiones.
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