En la semana terminada el 17 de marzo, se registraron leves bajas en las principales categorías comercializadas en el mercado de Liniers. Los novillos, segmento que más venía subiendo, retrocedieron 3%; los novillitos y las vacas, perdieron 2%; mientras que para los terneros las mermas fueron del 1%.
De todos modos, comparando el cierre del viernes con el de dos semanas atrás, las vacas perdieron medio punto, los novillos quedaron igual y los novillitos y terneros gordos finalizaron mejor.
En relación a los valores de hace 30, 60 y 90 días, hay aumentos de un dígito con respecto a un mes y de dos dígitos contra los precios de hace dos y tres meses.
Valores reales
El precio real del novillo (ajustado por inflación) resignó 5% la semana pasada, siendo 6% menor que la trayectoria de 52 semanas móviles y 15% más bajo que el de hace un año. Sin embargo, es 13% mayor al piso semanal de los últimos doce meses, marcado a mediados de enero de este año.
Oferta llamativa
La semana pasada arribaron a Liniers 32 mil cabezas, 40% más que el promedio móvil de 52 semanas, tras otra semana que ya lo había excedido en 20%. Hay que remontarse a la primera semana de diciembre de 2015, entre el ballotage de la elección presidencial y la asunción del nuevo gobierno, para encontrar una oferta que haya superado más al promedio móvil. En esa ocasión fue de +63%.
También el número de novillos resultó inusualmente alto: 5.000 animales. En los últimos cuatro años y medio sólo en once ocasiones se superó este número, siendo el promedio de estas últimas 195 semanas de 3.200 novillos.
Otro aspecto a destacar es que a pesar de la oferta abundante, los precios sólo cedieron marginalmente, lo que habla de cierta fuerza en las variables del mercado que impulsan las cotizaciones.
No hay que olvidarse que los nuevos controles fiscales, que entraron en vigencia el 1° de marzo, también están provocando efectos. Hay numerosos matarifes que aún no han decidido inscribirse para faenar a su nombre en lugar de usar el nombre del frigorífico que les hace el procesamiento. Esta situación se da a pesar de que muchas plantas se niegan a seguir trabajando como antes -por lo que frigoríficos consumeros están aprovechando la ocasión para bajar el valor del recupero, tratando de recomponer márgenes- y de que todos los operadores activos que antes evadían parcialmente, van a tener que pagar más impuestos. Sin embargo, este escenario no termina de explicar el alza de precios; al contrario, algunos de estos factores deberían provocar caídas.
Cabe destacar que este escenario se da en una época con estacionalidad a favor del precio del novillo.
Otro punto a tener en cuenta, es que buena parte del alza señalada puede ser absorbida por el sector comercial, que se había hecho un colchón con la baja del precio de la hacienda entre octubre y enero, pero estamos cerca del límite, si es que ya no se ha excedido.
Veremos cómo sigue esta historia cuando el consumidor exprese, como siempre lo hace a través de sus decisiones de compra, que no está dispuesto a pagar más precio.
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