Según datos del INAC, las ventas externas de carnes bovinas totalizaron 40.321 toneladas por valor de U$S 159,8 millones entre el 1º de enero al 22 de febrero, lo que significa una caída del 20% tanto en volumen como en valor con respecto al mismo período del año anterior.
La retracción se inscribe en una reducción del 18% de la faena en igual comparación interanual. La baja se dio en casi todas las categorías, siendo la de novillos más pronunciada.
Según lo informado por el diario El País, el comportamiento se explica fundamentalmente porque los ganaderos no están conformes con el precio que ofrece la industria por la hacienda y, favorecidos por el clima, prefieren que sus animales ganen kilos en base a pasto, en lugar de mandarlos al frigorífico.
En ese sentido, el analista Eduardo Blasina agrega que la faena sigue sin estar acorde a la evolución forrajera y el stock vacuno existente y que los actuales precios son el fiel reflejo del desencuentro entre oferta y demanda.
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