Tras catorce años de veda, la Argentina fue autorizada a introducir carne cruda sin hueso en el mercado canadiense. La noticia, anunciada por los gobiernos de ambos países, sigue a la que a fines de junio publicó la autoridad sanitaria de los EE.UU. para ese producto.
Se estima que la elaboración de los acuerdos y la documentación necesaria para hacer que la medida sea efectiva, demandará unos dos meses. Así, se recuperará al penúltimo mercado que todavía no reabrió sus puertas tras la crisis de la aftosa de 2000/01, faltando sólo Taiwán.
La reapertura es un gran hito en el proceso de acceso a nuevos mercados, por el gran prestigio sanitario que tiene Canadá, además de ser uno de los principales importadores mundiales de carne, que se provee mayoritariamente de sus socios del NAFTA, y un destacado exportador.
Por supuesto que la concreción de los negocios dependerá de la modificación a las trabas que han regido por diez años en la Argentina y que han desplazado al país del ranking de principales exportadores mundiales, aunque quizás se comience con una cierta sustitución de las exportaciones a Rusia, atraídas por los mejores precios en Canadá.
Otra buena noticia es que el ministro Carlos Casamiquela firmó con la viceministra de Calidad, Inspección y Cuarentena de China, Zhang Qinrong, un protocolo para la exportación de fardos de alfalfa y nuevos acuerdos para vender semen y embriones bovinos, según lo informado por la agencia Télam.
El Gobierno chino se comprometió a enviar una misión técnica a la Argentina, que permanecerá en el país entre fines de noviembre y principios de diciembre, para inspeccionar plantas frigoríficas con el objetivo de habilitarlas para exportar carne bovina enfriada y carne con hueso. Si bien ambos segmentos comerciales son de una baja importancia en materia de volumen, hasta el momento, pueden dar pie a operaciones de valor agregado con importantes proyecciones.
Dejar un comentario