Los principales países exportadores de carne de América Latina, nucleados en el Consejo Agropecuario del Sur, firmaron un documento para defender a la ganadería regional en la Cumbre de Sistemas Alimentarios de Naciones Unidas, ante la interpelación por sus posibles implicancias sobre el medioambiente y la salud humana, entre otras. El evento, que se realizará en septiembre, convocará a los actores más importantes del mercado mundial a fin de establecer una agenda global para transformar los modelos con que se producen y consumen alimentos, ante la falta de progreso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, establecidos para 2030, entre ellos, “tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático”.
El documento, elaborado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), a pedido de las autoridades de la Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay y Bolivia, considera a la ganadería como un activo estratégico regional y aborda los cuestionamientos basándose en las últimas evidencias científicas y técnicas, así como en los sistemas productivos de estos países, que aportan casi el 40% de las exportaciones mundiales de carne bovina. El trasfondo es evitar que prevalezca una posición sesgada en la Cumbre, que, como surge de las reuniones previas, no tendrá en cuenta esas características.
La visión en contra de la carne vacuna existe dese hace muchos años, aunque cobró nuevos bríos con el "Pacto Verde Europeo", una hoja de ruta lanzada a fines de 2019, que apunta a que este continente sea el primero neutro, con cero emisiones, liderando el lobby ambientalista en todo el planeta. Para ello proponen, por ejemplo, penalizar los productos importados según su huella de carbono, calculada mediante modelos controvertidos, lo cual podría encarecer la carne de los países productores del Cono Sur.
Dada la importancia de esta temática, realizamos una breve síntesis de los puntos contemplados por el IICA, entre ellos, el presunto impacto negativo en el ambiente y la promoción de las proteínas alternativas como parte de la solución.
Del cambio climático
En esta cuestión, hace unos años, se le atribuyó erróneamente a la ganadería emisiones de gases de efecto invernadero equiparables a las del transporte (14% del total) cargando con una fuerte mirada negativa al sector. Sin embargo, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de Naciones Unidas calculó, en 2019, que aporta entre un 5,5% y 10% de las emisiones totales. De cualquier modo, el investigador Ernesto Viglizzo, documentó que las emisiones de los animales resultan más que compensadas por el secuestro de carbono de las tierras en pastoreo, algo que los métodos de medición mundiales no contemplan.
Otros investigadores (Mitloehner, Kebreab y Boccadoro, 2020) señalan que el metano emitido por los animales no impacta en el clima como el dióxido de carbono liberado por la quema de combustibles fósiles, ya que éste permanece por cientos de años en la atmósfera, mientras que el de origen bovino, luego de 12 años, es mayormente removido. A esto se suma que los rumiantes, existen desde hace miles de años, por lo que parte de los gases ya estaban presentes al momento de la primera revolución industrial, que marca el inicio del calentamiento global, o sea, que son preexistentes a la problemática.
De las proteínas alternativas
Diversos actores que participan en la Cumbre plantean que la solución al excesivo consumo de carne bovina está en apoyar el mercado de proteínas alternativas, basadas en plantas y cultivos celulares. Sin embargo, sobreestiman sus efectos positivos sobre el ambiente y la salud humana que, a la fecha, son estrategias de marketing.
Las compañías que producen alimentos a partir de vegetales de alto contenido proteico, como las legumbres, argumentan que hay una reducción de la huella de carbono y la contaminación. Sin embargo, no consideran los efectos de pasar de campo natural a tales cultivos, que pueden resultar en enormes emisiones por pérdida de carbono orgánico del suelo y de secuestro por parte de la biomasa vegetal.
Los beneficios en términos de salud humana son igualmente discutibles, dadas las características de ultra procesados que tienen los sustitutos vegetales, con elevados contenidos de sodio, y las diferentes densidades nutricionales con respecto a las proteínas de origen animal. Existe evidencia del rol que juega la carne vacuna como fuente de nutrientes, con nueve aminoácidos esenciales, que no pueden obtenerse fácilmente de las plantas (Leroy y Cofnas, 2019).
Si bien los sustitutos vegetales tienen una participación de mercado aún muy baja (1% según fuentes privadas), las inversiones en las compañías que los producen alcanzaron un récord en de USD 2.100 millones en 2020, valor que duplica la suma de todos los presupuestos de ese mismo año de los INTAs de América Latina y el Caribe, lo que da cuenta del potencial de esta nueva industria.
Por otro lado, avanzan los desarrollos de alimentos a partir de cultivos celulares, basados en la extracción de células madres de los animales y la generación de tejido muscular en el laboratorio, con el argumento adicional de aportar sustitutos a la carne sin necesidad de sacrificar animales, otro de los puntos por el que se cuestiona a la ganadería.
En 2020, las inversiones en este tipo de emprendimientos alcanzaron los USD 366 millones, seis veces más que el año anterior, aunque los productos aún no están disponibles para los consumidores dados los costos no competitivos.
“El mercado de proteínas alternativas ha sido impulsado por nuevos actores, con poder económico y mediático para influir en la agenda hacia el sector ganadero, como organizaciones sin fines de lucro y fundaciones financiadas por billonarios”, advierte el documento.
Con respecto a la salud humana, también plantea que la evidencia científica debe ser determinante en las recomendaciones dietarias planetarias. A modo de ejemplo, cita la publicación en la afamada revista LANCET, en 2019, de un informe que tuvo alta repercusión, donde se propone que una dieta saludable para los países de mayores ingresos debe reducir en un 50% el consumo de carne roja. El artículo ha sido cuestionado porque su base científica no representa el estado del arte de la nutrición (Hauver, 2019) y, finalmente, otro investigador, Hirvonen (2020), estimó que no es económicamente posible producirla para los 1.580 millones de personas que incluye el grupo meta.
¿Qué solución propondrá el Cono Sur? La región hará un llamamiento para avanzar en la intensificación sostenible de los sistemas ganaderos, mediante modelos mejorados y climáticamente inteligentes, detallando las tecnologías disponibles y en desarrollo. Cerca de 300 estudios avalan que las emisiones netas se pueden reducir sustancialmente incorporando prácticas que contribuyan al secuestro de carbono. “Para minimizar el impacto ambiental y, a la vez, satisfacer la demanda mundial de carne es esencial incrementar la productividad”, finaliza.
Estrategia continental
Para el Ing. Agr. Fernando Vilella, director del Programa de Bioeconomía de la FAUBA, al consenso en materia de carne bovina entre los países del Cono Sur, algo difícil de lograr en otras áreas políticas, se suma otra buena noticia.
“El IICA anunció que América, toda, llevará una posición común frente a la cumbre de Naciones Unidas, surgida con la participación de los gobiernos y el sector privado, incluyendo las ONGs”, aseveró. Y detalló: “la postura considera a los productores agropecuarios como imprescindibles para los sistemas alimentarios, dado que ya están enfrentado con éxito el creciente consumo de la población global”.
A partir de estos acuerdos, Vilella resaltó “la oportunidad de generar desde el continente americano, una agenda geopolítica propia, como respuesta al eurocentrismo que, con su Pacto Verde, pretende dominar el relato alimentario global”.
“Hay voluntad de los países de coordinarse y actuar, también hay una institucionalidad, que es el IICA, que ha demostrado liderazgo y eficacia para lograr consensos. La idea es construir, desde la bioeconomía, un Pacto Verde de la Américas, que maximice la producción de alimentos basándose en la ciencia y la innovación, a partir de los recursos naturales y biológicos”, concluyó.
Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
Excelente iniciativa.
Pregunta:
Porque no se invita a todos los países del continente americano (Sur y Norte), para enfrentar esta actitud europea de desprestigiar nuestros sistemas productivos……
Tal como menciona la nota TODOS los pauses americanos lograron una posición común a llevar a la convocatoria de Naciones Unidas, por primera vez ocurre esto. Un gran mérito del IICA y de Manuel Otero. Es para los sistemas productivos en general. La CAS a su vez logro una posición común en un tema más específico, la ganadería vacuna a partir de un documento elaborado por Gabriel Delgado y Diego Gauna.
https://www.carbonbrief.org/methane-emissions-from-fossil-fuels-severely-underestimated Sugiero leer esto donde se demuestra que gran parte del metano en la atmósfera proviene de la extracción de combustibles fósiles y no de los rumiantes. La metodología de datación del Carbono 14 es contundente.
Muy buena la iniciativa de tratar el tema como bloque!!! si se pudiera sumar al Norte la contundencia sería mayor.
Lo que está faltando en los argumentos en defensa de los GEIs provocados por la ganadería vacuna, es la diferenciación entre el ORIGEN de cada emisión.
No es lo mismo el Metano (más nocivo que el CO2, aunque más rápidamente desdoblado), producido por los vacunos que es fruto de un Ciclo de carbono, que los GEIs emitidos como resultado de la quema de un Carbono de origen fósil producto de la fijación de ese C hace millones de años.
Uno es el balance (que podrá ser positivo o negativo según el manejo y los diversos factores que se tomen en cuenta en el cálculo) del Ciclo de Fotosíntesis-generación de masa verde- consumo por rumiante-producción de proteínas de alto valor- emisión de GEIs- transformación.
Otro el de la "quema" de combustibles de origen Fósil que es todo negativo ya que se obtuvo de la fijación de C atmosférico por vegetales de hace millones de años, concentración en reservorios subterráneos y que nosotros los traemos a la superficie, los utilizamos y liberamos a la atmósfera un GEIs como el CO2 de muy lenta descomposición, agregando al ambiente algo que no "existía". Este es el verdadero aumento e moléculas de C a la atmósfera.
Es así como decís, por ello propongo generar una visión distinta consolidada en un Pacto Verde de las Américas
Hago una consulta, con respecto a una idea, quizás ridícula, que tengo pero si no la pregunto no se que tan ridícula es. Una vez visite la Payunia (sur de Mendoza), me llamó la atención que hay áreas en forma de franjas con presencia de coirón, me contestaron que se debía a la presencia de los guanacos y por las rutas que ellos seguían ( o sea que el coirón estaba porque lo dispersa el guanaco, el resto del territorio es suelo desnudo) ¿alguien me puede confirmar si esto es así y si eso puede ser un ejemplo del ciclo del carbono que antes mencionaron y de la importancia que tiene los herbívoros inclusive los rumiantes en el secuestro de carbono?
Excelente noticia la unificación de criterios! Pero disiento con la frase del titulo "defiende la ganadería"
No debiéramos defender sino atacar con consignas como "Coma carne por su salud y la del planeta" "Reduzca emisiones! Consuma carne"
Así trabaja el lobby eurocéntrico y pseudoambientalista
la producción ganadera requiere praderas y verdeos de mucho mayor índice de area foliar que pastos naturales, por lo que la captura de carbono es mucho mayor a la producción en condiciones naturales
Los sistemas productivos sudamericanos se caracterizan por su dependencia pastoril, con una carga animal variable, pero cuyas emisiones claramente deben ser menores que la captación de carbono de una hectárea de praderas, naturales y mas aun las establecidas o mejoradas con mayor área fotosintéticas. Es muy relevante disponer de información dura y de respaldo para hacer notar esta situación. Hay una clara diferencia con los sistemas altamente intensivos como los americanos, donde la producción de alimentos a través de maíz y granos, que requieren muchos combustibles fósiles y energía en su generación. Sudamérica debiera convertirse en un ícono de producción sustentable. Felicitaciones, una gran iniciativa y postura como bloque.
Hay que ver que necesidades de financiamiento tienen los estudios que el Ing. Viglizzo manifiesta que deben realizarse para dar más contundencia a sus tan importantes trabajos sobre la visión de los sistemas neutros de nuestras regiones. Es estratégico estar atentos a toda necesidad de estos investigadores….
Por fin se ven los frutos del accionar coordinado y basado en evidencias que permite una sólida defensa de la ganadería desde una visión racional.
Aquello que intuíamos como obvio quienes estamos en contacto cotidiano con la producción, tiene cada vez más sustento desde los datos científicos duros y hasta ingenisos, entre otros ejemplos, la trazabilidaddel del carbono liberado a la atmosfera mediante C-14.
Mientras tanto muchos detractores de la ganadería tienden cada vez más a adoptar un discurso snob y sensiblero a veces semejante al fundamentalismo religioso
Lo que no parece discutirse en ningun lado es el dogmatismo de la lucha contra el cambio climático. Por qué países con un peso irrisorio en el balance de carbono global DEBEN sacrificarse economicamente cuando cualquier cambio, si lo hay, va a estar definido por lo que hagan China, India, USA y un par más? Si se produce el calentamiento y los paises pobres sacrificaron su produccion de alimentos e industria el resultado es exponencialmente peor. Terminar muerto de hambre y pobre pero con superioridad moral no sirve para nada.